Si de una cosa carecemos los esperancinos es de un buen cine. Las promesas faraónicas de paseos con salas simultáneas y la mar en coche parece que se han diluído antes de empezar. Es cierto no tenemos cine, pero a veces, no hay mal que por bien no venga, porque lo que ha crecido en su reemplazo es una propuesta de BUEN CINE.  Tenemos un cine revisionista, contundente y provechoso que se exhibe a un grupo de esperancinos todos los lunes a partir de la semana que viene. No será en pantalla gigante, no será en cinemascope pero es bueno y sería bueno también que lo aprovechemos y mas que nada lo apoyemos con nuestra incondicional presencia.

Usted y yo que siempre reclamamos por hechos concretos, por acciones y no palabras, bueno, acá tenemos una. Ahora es necesario que nosotros dejemos de hablar y de quejarnos del frío o del calor y de arrojar pretextos para faltar a la cita de los lunes. Esta propuesta exige un lleno cada semana para que continúe existiendo. Nosotros elegimos. Y si resulta que, por casualidad, elegimos quedarnos en casa, bien, es posible que tengamos una porción de responsabilidad en la ausencia de esa formidable expresión cultural que es el cine en nuestra ciudad.  

Dos cosas al mismo tiempo no se pueden hacer como tampoco se puede tener dos caras. O las palabras coinciden con nuestros pensamientos y acciones o todo lo contrario. ¿Que somos los esperancinos, será que somos todo lo contrario de lo que parecemos y expresamos con nuestra carota inocente...?