Con un presupuesto del 0,4 % del gasto para toda la Provincia de Santa Fe y con ganas de llevarlo al 1% (¿el doble, che?) se presentó el Secretario de Cultura de la Provincia ante numerosos (y sufridos) responsables de la cultura de municipios y comunas del departamento que nos cobija.
-¿Hablando en plata, señor Secretario, cuánto vendría a ser el cero cuatro por ciento ese que dice usted...?
- Y unos quince millones, mijo...
-¿Quince millones... y cuánto de esos quince son sueldos, che?
- Mas de doce.
- ¡Epa! O sea que para repartir tres, se necesita gastar doce...
- Usted lo ha dicho.
- Mala señal, eso traducido viene a querer decir que un buen músico nacido en cualquier pueblo de las Colonias deberá tirar el instrumento, morirse de hambre o trabajar en cualquier cosa que nada tenga que ver con su talento. ¿Cultura? ¿Cuánto vale eso? La cabeza de los gobernantes tiene que cambiar para poner lo que está abajo arriba y decirle al dueño de la caja que suelte el mango para que se pueda estimular la inteligencia y el talento que para colmo nace en cualquier lado y que parece que para sobrevivir tiene que aparecer en la propia Santa Fe ya que en otro pueblo corre serio riesgo de espichar y para colmo de hambre...

La cultura así va al muere. Los que tienen la plata la gastan en otra cosa, prefieren gente un poco más bruta pero que no joda. Prefieren que diez empleados de cultura deliberen un mes para entregar un peso a cien amateurs que se rompen el lomo en las comarcas del interior provincial a ahorrar un poco para ayudar a los talentosos.
Mañana se arrepentirán. Hoy se compran trajes caros y se peinan como yuppies los funcionarios mientras la cultura agoniza.