Cuando el CICAE no era conducido por Víctor Sarmiento, hace bastante tiempo, resulta que contaba entre sus ingresos con una plata segura y sistemática que entraba por el lado del Municipio. Entre tantos cortocircuitos que se sucedieron con los años (veinte para ser más precisos) alguno habrá hecho saltar el electro porque los morlacos que venían de la muniblanca brillaron por su ausencia de un día para otro. Ahor el presidente Víctor sale a la cancha y juega su imagen a un número que a otros (Digamos, Simonutti.) terminó desencantando. El famoso 5% tiene sus atractivos, lo que pasa es que el número se calcula sobre el presupuesto y es de simple resolución, tanto recaudas, tanto pones. ¡Y es guita segura! ¡Fija, de todos los meses, como un sueldo!

¿Pero, si era un derecho adquirido por qué carajo se perdió? Y bueno, viste como son las cosas, dicen que el destino de esos fondos se correspondía con una imputación a la capacitación empresaria, proyectos imaginativos y otras yerbas. ¿Y..? Y nada, dicen que dicen que en épocas de otros generalatos que detentaron las decisiones en el CICAE los morlacos no se emplearon precisamente en capacitación. Dimes y diretes que mal que mal -siguen diciendo las lenguas de doble filo- no fueron retrucados con las rendiciones de cuentas correspondientes.
-¿Pero, dígame usted,  el actual Presidente que tiene que ver con semejante olvido de sus antecesores?
-Nada de nada, el actual Presidente nada que ver.
-¿Y entonces...?
- Y entonces, aunque no tenga nada que ver, le toca padecer los groseros errores que le han dejado como herencia.
-Eso es injusto.
-Razón no falta, pero igual marche preso.