si una cosa lo caracteriza es su inamovible convicción de que es necesario sostener a los funcionarios en sus puestos. Así se equivocó muchas veces y también acertó en otras tantas oportunidades. Ahora se está hablando de un cambio para diciembre que promete caras nuevas, más relacionadas con lo profesional que con lo político. Más emparentadas con la ciencia que con la amistad o con la experiencia en el campo de batalla. ¿Qué se puede decir de todo esto? Y, se puede decir que la política no es una ciencia que tenga lazos muy fuertes con los vericuetos del marketing. Los que entienden la política saben que la moneda más escasa hoy en día es la lealtad.

Los que sacan la cara por uno, los que reconocen el aguante cuando se cometieron errores, los que van al frente, no son de oferta abundante. Seguramente el Intendente sabe eso, y si lo sabe, es muy posible que los que especulan con la llegada de personajes aparentemente saludables,  marketineros de cuello duro e hipocresía blanda se lleven un chasco. Creo que el Intendente no querrá que aquellos amigos que lo bancan día y noche estén muy lejos. Eso sí, los que miraron los procesos desde la platea, sin transpirar la camiseta y andan limpitos por la citi, bueno, esos creo que es muy posible que se vuelvan a casa. Veremos.