En un costado de la Plaza San martín los jovencitos se sientan y disfrutan de las tardecitas de sol. Usan veredas y cordones, formando grupos, grupitos y patotas de notable influencia sobre el tránsito peatonal y del otro.

Como es una apropiación "de hecho" y para evitar problemas con los adultos que dan la vuelta al perro en auto y miran vidrieras saltando y esquivando jovenzuelos es que en el Concejo pensaron en hacer la zona peatonal. Evitando que los autos y algún grandote nervioso provoque un accidente. Eso embronca un cachito a los comerciantes que tienen sus negocios tapados los fines de semana.

Ponerse en contra de los jóvenes debe ser una de las cosas que se tiñen de mayor mal gusto e intolerancia que se conozcan, pero en nombre de pragmáticos motivos tal vez se corra a los jóvenes de los lugares que han elegido para relacionarse y divertirse un rato con absoluta normalidad. Ojo que si corremos a los jóvenes la cosa pinta fea desde todo punto de vista, hasta del punto de vista comercial también. Así se empieza. ¿La habrá pensado bien el CICAE?