Los dueños de las radios por "hache o por be" son los que son y dan tratamiento de almacén a un espacio que debería ser tomado más en serio. Muchos dicen que tomarse el tema hacia fines más profundos es una cuestión que se tiene o no se tiene, si un tipo cree que todo es comercio no lo cambiás ni a palos. La macana es que la ciudad crece y tiene otros apetitos, los habitantes de esta pequeña Suiza de las Pampas no se conforman con una propaladora de almacenes, fruterías, carnicerías y tiendas, no, nunca se conformaron con eso, solo lo soportan. Ponen la radio para ver que pasa por la chacra, que hay en la Dante y para ver si en la Plaza se puede ver algo, el más pesimista escuchará la lista necrológica y los muchachos la grilla de la quiniela, pero pensar que eso los conforma es subestimar a los esperancinos que se están poniendo cada vez más delicados e inteligentes para elegir.

La radio es una oportunidad de lujo para dar contención a la creatividad, para transmitirla y transferirla, para aprender sobre verdades y belleza. Para trabajar en serio en arte, noticias, ética, política y para abrir las puertas a escritores, guionistas, musicólogos y otros ejemplares que tenemos en stand by por la sencilla razón de que los lugares en lugar de ocuparlos los artistas los ocupan los comerciantes. Solucionar esto es vital. Mostrar lo mejor de nosotros es justicia y hacia ese lugar debemos ir, de lo contrario de tanto insistir con la mediocridad corremos peligro de convertirnos en mediocres. (continuará)