Resulta que un sacerdote polaco que mora en el gran Colegio San José andaba paseando por el barrio a la tardecita, cuando vio a un niño que brincaba para alcanzar el timbre de una puerta. Solidario se acercó entonces el cura y con sonrisa protectora oprimió el botón por el chico.
-¿Y ahorra... que hacemos ahorra muchachito? -preguntó el polaco-
-¿Ahora? ... ¡Ahora a correr como alma que se la lleva el diablo, padre...! -respondió el pibe-
(dicen los que vieron correr al cura y al chico que la religión ya no es la misma de antes)
Tiempo Esperanza
Frases Célebres
Tres personas pueden guardar un secreto, si dos de ellas están muertas.