No es cierto que no pasa nada en la ciudad. Lo que sí es cierto es que tenemos la suerte de que las cosas que pasan no son muy significativas que digamos, lo gracioso es escuchar y leer notas periodisticas con estos temas (nosotros incluídos) porque si bien estos temas preocupan no dejan de ser camorreos de barrio. La hepatitis en la ciudad preocupa pero está muy controlada, que algunos "revolucionarios" celosos aprovechen para patear el hormiguero cada vez que pueden es otro cantar, otra cosa que no tiene nada que ver con la peste negra.

En la mañana del viernes cuando las autoridades del Samco Local habían citado a conferencia de prensa, irrumpieron unos cincuenta tipos y tipas reclamando explicaciones de prepo sobre los casos de hepatitis en la escuela del barrio los troncos, queriendo cerrar la escuela y protestando sin connocimiento de nada. Los médicos explicaron desde el principio, tal como lo habían hecho en el barrio en innumerables oportunidades y luego de la interrupción pasaron a la conferencia programada. Lo importante es que el brote no es grave, que está controlado y que se está trabajando con profesionalismo y notable eficacia. Lo malo es que se opte por atender a figurones conocidos, figuritas repetidas que ya no saben que hacer por llamar la atención.

En el Registro Civil se armó tremendo tole tole durante un casamiento. No nos vamos a meter en el asunto de familia que originaron las piñas pero si algo se puede sacar en limpio es que estamos lejos del ideal culturoso que pretendemos. "La gente esá nerviosa" dicen los filósofos del centro,  "no hay guita" agregan y cualquier mosquito que pica origina una guerra, eso es lo que pasa. Igual, nos parece bueno que haya de vez en cuando algún arranque de primitiva violencia, los sopapos son saludables cuando se trata de defender el reconocimiento de hijos como parece ser el caso que nos ocupa. Mejor seguir así, descargando pasiones que pasear una hipocresía finísima pero media trola en todo caso. ¡Piñas sí, palabrerío no! ¡Vamos con los monos que estamos cerca! Un bajón para los invitados, che.