Muchas FM, ninguna como la gente.
Los que ponen el grito en el cielo exigiendo legalidad a las FM locales (sabiendo de antemano que los permisos están suspendidos), los que se rasgan las vestiduras llamando a pagar impuestos que ellos dicen que pagan (¿seguro que pagan?), los que se escandalizan por los proyectos que nacen uno tras otro en una ciudad de apenas 40.000 habitantes, deberían preguntarse cuales son  las razones que motorizan estos proyectos de dudoso valor económico. ¿Por qué, habiendo tantas radios, surgen otras? ¿No será que las que están son horribles y por eso todos se animan a salir a la cancha con posibilidades? ¿Y si la ciudad está buscando (Porque no ha encontrado) un estilo que la conforme, que la interprete con inteligencia, creatividad y buen sentido? ¿Y si resulta que todos están cansados de escuchar a monótonos "loquitores" que recitan precios de camisetas, calzoncillos y poceras que destapan pozos?
 
Algo huele a podrido, y más en Argentina, cuando uno sale a pedir a los gritos que se cumpla la ley. Pasa que siempre que unos claman por el cumplimiento de una norma, ponele la firma que la  mentada ley es -por lo menos- despareja para otros, o sea que lo favorece al gritón y perjudica a sus vecinos, parecido a lo que pasa con este asunto.  Además las leyes en estos pagos, no siempre son garantía de honorabilidad, hombría de bien y justicia equitativa. Con acordarse de las leyes de Obediencia debida y punto final que protegieron a unos cuantos asesinos sería suficiente para dejar de esconderse en los vericuetos de  leyes que, para colmo, fueron dictadas por el Proceso Militar.

Lo que pasa en nuestra ciudad con las denuncias a las radios de Frecuencia Modulada, no excede la calificación de un triste "botoneo"  interesado y bastante cobardón.  En definitiva lo que parece molestar a los que detentan los supuestos permisos del Comité es el hecho de que los comercios desparramen la moneda que destinan a publicidad entre varios. Tendrían que ponerse a pensar, si lo hacen se darán cuenta que la ciudad exige algo más, además el que escucha soportará la lista de las tiendas, la pizarra de las carnicerías y las ofertas de los supermercados si van acompañadas de un cachito de humor , una medida chica de  inteligencia y una porción de originalidad, de lo contrario la plata que nuestros comerciantes destinan a promoción irá a la basura porque la gente escuchará primero una por una las diez o veinte FM locales y si son un plomo optará  por  alguna de las miles de radios que acechan en toda la extensión de la patria. Moraleja, ocúpense de ser más agradables y listo, el mejor quedará solo, porque será escuchado. La ciudad merece otro nivel de diálogo, porque la radio no es del todo un negocio como lo quieren plantear algunos, la radio no la puede tener un tipo con dos dedos de frente, al que solo le interesa vender mortadela,  porque el mal que puede llegar a hacer es mucho y a veces irremediable.  No se puede asesinar el idioma de la mañana a la noche. No se puede hacer un programa con una sucesión de pavadas. No se puede improvisar. Como no se improvisa en un aula, como no puede dictar clase quién no sabe, así tampoco puede andar bolaceando cualquier bruto, por más que haya una ley que lo proteja ,