La ciudad se moviliza cuando sospecha que hay algo fuera de lo común. No es necesario hacer tanto ruido, ni propaganda ni cosa que se le parezca. La gente tiene intuición y cuando algo excelente se ofrece va y colma los salones, los ámbitos, los templos. Eso pasó el domingo en la sugerente arquitectura de la Iglesia de la Natividad de la Santísima Vírgen de nuestra ciudad. Aparte de que la Orquesta Sinfónica de la Provincia hizo vibrar a los presentes con su versión ajustada y espectacular de la novena de Beethoven, aparte de que el coro santafesino hizo una brillante demostración de talento, aparte de la noche, de los vitrales, las columnas y de todo el entorno que daba gala a la velada, aparte de todo estaba la gente. Los esperancinos fueron a dar marco al gran espectáculo y sobre todo a expresar su notable sensibilidad y buen gusto. Una noche inolvidable.