La última elección, interna, previa a la general, ensayo o como sea, fue un plebiscito que dejó al oficialismo local en una situación incómoda. Los que hoy están sentados en los sillones del municipio hacen una lectura errónea, leve, torcida de la realidad, tal vez para atenuar el temor justificado que crece, sin embargo, alimentado por una oleada “anti” a nivel nacional.
La ciudad de Esperanza no es ajena al torrente que parece llevarse todo vestigio de “populismo”, progresismo o como se llame. De los 20.000 votos (sufragio más sufragio menos) que deciden en nuestro medio, el peronismo (pegado de hecho al desgaste K) apenas obtuvo 6.000. El resto, o sea 14000, se reparten entre sectores que siempre tuvieron una postura crítica hacia el peronismo. Radicales, Socialistas, Demócratas y, ahora, “Cambiemos” (revelación de la temporada), se llevan más del 70% del favor de la gente. Estos partidos siempre fueron reacios a coincidir con el justicialismo. Mejor dicho, prefieren acordar entre ellos “en contra” del peronismo que “a favor”. Si el escenario de las PASO se mantiene, le espera un Concejo adverso a Meiners, dos años complicados durante los cuales hasta la facultad de “vetar” lo que no le gusta quedará comprometida.  

Todo hace pensar que la tendencia, lejos de revertirse, se profundizará. La ilusión del oficialismo es que la elección de octubre se polarice entre Cambiemos y el Peronismo. Eso es solo una expresión de deseo ya que el candidato oficial Víctor Elena tiene pocas o nulas posibilidades de crecimiento. ¿De dónde sacará votos Elena? No hay radical, demócrata, socialista o simpatizante del PRO que vote (ni mamado) al peronismo. Elena tiene 6000 votos y deberá rogar para conservarlos porque algunos “peronistas” suelen votar a ganador y se pueden correr al partido de Macri. Todo hace pensar que no hay más votos para Elena.

Otro asunto es el radicalismo histórico que ha hecho un papel bastante pobre. Aunque tiene la suerte de que ha sido uno de los únicos partidos que aprovechó la interna. El candidato Grenón contó pocos votos, pero puede alentar la esperanza de que los sectores que compitieron con su espacio, lo voten en octubre. A seguro lo llevaron preso, pero todo hace pensar que puede contar con esos sufragios. También puede ser que algunos radicales voten a Cambiemos que lleva en su lista a una candidata radical.

El caso “Cambiemos” en la ciudad, es el más sorprendente. La cabeza de lista, Andrea Martinez, sacó la mayor cantidad de votos, superando al candidato oficial. La lista es parte de la oleada nacional que aprovechó fundamentalmente la polarización con el sector kirchnerista. Es evidente que la mayoría quiere terminar con el populismo cristinista y la tendencia se nota en todos los rincones del País. En octubre se verá si el torrente, que se lleva a todos los que no se corran a tiempo, sigue creciendo o llegó a su techo.