En este relevamiento (algo desordenado) de difuntos tras las elecciones de hace unos días, en el cual nos hemos impuesto el desagrable (aunque accidental) oficio de sepultureros vamos a comenzar la Presidenta Comunal de la vecina localidad de Elisa que, metafóricamente,  "clava las guampas" por angurria insaciable según el saber y entender de colegas y vecinos, que no se quedan en el simple análisis de la coyuntura sino que sugieren la necesidad de una auditoría contable en la comuna. "Consejo de amigo" le soplan a la oreja del ganador, y,  dicen los que saben,  no es mala idea.

Los comentaristas locales citan, como "fiambre total" (para sorpresa de muchos) a la señora Ana Justicialista. Dicen los compañeros (porque son compañeros) que habiéndose presentado la señora en 10 (diez) boletas alevosamente colgadas del gran caudillo gringo al que llaman Carlos Reutemann, además de "ensabanada", sumado esto a que era opción única (ya que iba solita la rubia como Intendenta en todas las papeletas) y, por si esto fuera poco, con las kanacas (guita) que llegaba de "promoción comunitaria¨ (vía Auce),  de la "honorable" Cámara de Diputados (vía Hammerly y Auce, la nona está en todas) y alguna que otra moneda de la sacrosanta Mutual del Club de Basket, y que con todo este arsenal de ventajas y morlacos, la rubia supuestamente peronauta haya conseguido menos votos que sus concejales (dicen sus compañeros) es poco menos que una "estirada de pata" política y con todas las letras. Así y todo nosotros, en honor a la verdad, consideramos muy edificante el hecho de que la postulación de la señora Anamutual haya confirmado nuestra teoría que la sindicaba como bomba succionadora de votos pedepetes. Gracias Ana, aunque es cierto que sus concejales sacaron 1500 votos más que ella.

Otro occiso famoso es el turco Miquere que muere de espaldas a su orígen y a la Patria chica. Los jubilados le vendieron un buzón y el cartero no pudo darle ni siquiera el beso de despedida. En cuanto al doctor Baravalle, digamos que murió sin tirar un solo tiro, se cayó en el arranque. Strickler ni siquiera alcanzó a dar el último suspiro, desde que anunció su candidatura todos sabían que su estado postulatorio era vegetativo. Pero ojo, es necesario aclarar que estos difuntos pueden volver, ya que al igual que en la película "Los muertos vivos", con un simple soplido en el culo (perdón) pueden cobrar vida y se presentarse nuevamente.  Estas consideraciones pueden tomarse en cuenta para el doctor Castoldetti (¿UN VOTO?), el asesor de Muniagurria Gay y para todos los candidatos que sin distinción de partidos se hicieron acreedores a  menos de mil votos. El "patito" (por ejemplo) dicen que recibió un tiro en la plumas timoneras y se cayó como un barrilete sin cola.

Otro muerto notable fue el innombrable director de "Ediciuno" que crepó (dicen los que saben) empachado por una considerable e indigesta cantidad de votos radicales, las encuestas truchas que proclamó unas horas antes de las votaciones terminaron estropeándole un poco más el hígado. La glándula de la credibilidad -que tanto le preocupara- se encuentra en serio peligro, en cuanto a la indiferencia con que la gente trata su periódico es producto del odio que destila, la ignorancia y más que nada el mal gusto en el tratamiento de los temas. Un gran difunto. Difuntiado, de taquito, en la estancia chica y por un tipo que ni siquiera lee la ediciuno y al que este fiambre llama "el patroncito". Lástima. O suerte, que se yo.