Cabildo abierto. La alcaldesa anuncia la llegada de la primavera.
Señores, ha llegado la primavera –dijo a viva voz la señora.
¿Y? –dijo uno que había cerrado el negocio para asistir a la reunión.
¡Y … ¿qué?!, ¡y qué! ¿Cómo me dice “y…” señor mío, qué lo parió
Señora, por favor –se adelantó el tenedor de libros Gómez.
¡Por favor qué, Gómez, por favor qué…! –Dijo la primera dama que tenía los cachetes peligrosamente encendidos.
Es que el señor- arrancó componedor Gómez-, tal vez, ha suspendido algunas ocupaciones para acercarse hasta el municipio y considera, quizás, que el motivo por el que se lo ha citado no es suficientemente significativo.
“No es suficientemente significativo, no es suficientemente significativo…” –repitió la señora sacando la lengua y haciendo burla estirando la boca con los dedos de ambas manos.
Cuando la Intendenta hizo la morisqueta, uno de los asistentes, no pudo contenerse y largó una carcajada.
Oiga, esto no es para risa –dijo un ex concejal del Pro.
¿Y usted quién es? –dijo el otro llorando de la risa.
Soy ex concejal, señor.
¿Usted es del partido del gordo? ¿No le da vergüenza?
Yo soy el que inventó el buzón, señor –dijo el ex edil.
No me diga, yo creía que el buzón ya estaba inventado –más risa del otro.
La señora Intendenta aplaudió llamando a silencio y como nadie se dio por enterado, decidió levantar una estatua del Colonizador amenazando arrojarla contra los presentes. Mientras la reina de la pampa sostenía el objeto en alto se la oyó susurrar “cállense mierda” o algo por el estilo. Finalmente respiró hondo y dijo:
“Señores, los hemos convocado al solemne cabildo abierto para anunciar la llegada de la primavera, razón por la cual damos por terminada la estación anterior…”
Ah, entonces era cierto nomás –dijo el ex concejal como para que lo escuchen todos.
¿Qué dice este marmota? – ladró la señora.
Pregunta si es por ese anuncio que lo hicieron venir –dijo adelantándose Gómez.
¿Y quién es el “coso” ése? –dijo la alcaldesa mostrando los dientes.
Para que sepa yo soy el que inventó el buzón de la vida, señora –dijo el otro sacando pecho.
¿Y eso qué carajo es? –dijo desafiante la reina madre.
Señora –apuntó Gómez- es un buzón que se instala en los barrios, donde la gente deja denuncias por escrito sobre sucesos, delitos, hechos y otras yerbas…
La Intendenta observó a Gómez como tildada, de pronto dio media vuelta y pareció mirar hacia la plaza a través de los ventanales, un vientito agradable movió un poco las cortinas y le levantó el flequillo, caminó hacia el balcón y se levantó el vestido hasta las rodillas mostrando las piernas pálidas y regordetas, después pareció recordar y girando sobre sus talones habló y dijo:
¡Se terminó la reunión! En cuanto a vos, gil, -dijo mirando al inventor del buzón- sabés donde te podés meter el buzón…