Es cierto que no se puede adivinar como viene la interna en el partido gobernante. Y no se puede adivinar por el sencillo hecho de que el partido justicialista no existe. La señora Meiners, líder de comedia, hasta ahora (con el ascendente Pirola) se ha ocupado de armar las camarillas gobernantes a gusto y paladar. Lo que es innegable, sin embargo, es que Meiners no será candidata cuando termine su mandato. No lo será porque no puede. No es secreto para nadie que a la señora no le da el físicio como para seguir, ni siquiera le da el cuero como para seguir siendo un convidado de piedra en el Municipio.
Fuera Meiners de carrera, el candidato cantado era Gómez. De hecho ya se estaba perfilando como intendente sustituto, hablaba, actuaba y hasta sonreía el tipo, tratando, se supone, de congraciarse con los electores. Caso contrario, no se entiende por qué, el fulano comenzó a sonreir de la noche a la mañana. La cosa es que "era" el candidato puesto, por muchas razones, pero fundamentalmente porque no había otro. Con el partido resignado, los "compañeros" incinerados por la tormenta Kirchnerista, Gómez picaba en punta. Hasta que llegó Franconi. El nuevo Secretario de Obras Públicas ni bien llegó agarró la pala y salió a terminar las cosas empezadas. Y lo hizo rápido y bien. No decimos que Franconi puede ser candidato en el futuro, aunque nunca se sabe, pero la realidad es que el recién llegado, oscureció a Gómez. Lo mandó al banco.
No son buenas noticias para la familia Gómez. Se entiende la desazón porque hasta no hace mucho el "clamor" a favor del hijo pródigo, tenedor de libros, era evidente. Hasta se hubiese podido dar el lujo de hacerse rogar un poco. Hoy las cosas han cambiado porque el trabajo de Franconi hizo dudar de la eficiencia de Gómez. En una palabra, en el podio del gabinete está primero Franconi y tercero cómodo, casi "borrado", Gómez. El pibe, que vino del sur, por si faltara algo, está haciendo inaugurar pavimento y ripio a la Intendenta como nunca. Todos van a la foto en los barrios y los dos "dedos" más influyentes del peronismo esperancino. Meiners y Pirola sonrientes junto a los cordones de la nuevas calles asfaltadas, compromete el futuro de Gómez, otrora "delfín" tempranero de la Intendenta.