AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 13

Número: 602

¡EL CULEBRÓN MUNICIPAL NO SE DETIENE!

Otro capítulo imperdible de la novela: "La visita del chivo"

el-culebrn-municipal-no-se-detienebr-br-otro-captulo-imperdible-de-la-novela-la-visita-del-chivo
-Señora, llegó el compañero chivo. –dijo la secretaria del municipio, refiriéndose al militante K que responde a tal apelativo campestre.

La señora Intendenta estaba tejiendo un posa vasos y cuando escuchó el anuncio se conmovió un poco y gritó “meeee”. “¿Qué dice?”, dijo la secretaria. “Nada –dijo la señora- que meee parece bien”. “Ah” dijo la chica y se retiró.

El chivo entró con dos custodios. “¿Y estos quiénes son?” preguntaron en la puerta del despacho. “Este es la oveja Andreoli y este otro el cordero Elena”, dijo el Chivo.
Los tipos pasaron y se presentaron ante la señora Intendenta que como estaba en la hora de la merienda mandó buscar tres porciones más de mortadela y queso para los visitantes.

-Señor Chivo –dijo la señora con la boca llena de queso- nosotros ¿en qué lugar vendríamos a estar?
El Chivo se refregó los bigotes y dijo “nosotros estamos a muerte con Cristina, Bonafini y Parrili, como siempre y hasta la pelucha, y al que no le guste que se vaya a misma mierda”  

-Señor Chivo –agregó la primera dama- entonces, según usted dice, iremos a elecciones el año que viene con esos nombres en las listas.

-Esos son los nombres y no se cambian.

-¿Y quién los puso?

-El dedo los puso –dijo el Chivo levantando el índice.

-Señor Chivo, le aclaro que este pueblo es muy gorila y no perdona a los chorros –dijo la primera dama metiéndose un dedo en la nariz.

-¿Meeeeee? –baló el chivo.

-Que meeeee parece que si vamos con esos nombres perdemos seguro –dijo la señora.

Los custodios se inflaron. El cordero Elena levantó la mano como para pegarle un sopapo a la Intendenta. “No le pegués ahora que tiene los lentes puestos”, dijo el chivo.
La alcaldesa viendo que el chivo y sus custodios pretendían reclutarla a fuerza de sopapos, dio por terminada la reunión diciendo que “lo tenía que pensar”.
El chivo entonces dio vía libre para africarle. “Por traidora”, dijo. La oveja Andreoli se negó a pegarle un chirlo porque “no le puedo pegar a una señora”, dijo, aunque la Intendenta le tiró un trozo de mortadela en dirección al ojo y entonces la oveja dijo que “sí, que le daría para que tenga”.

-¡Traidores, traidores! –gritaba el chivo- antes querían y ahora no se dejan, que lo parió.

El cordero Elena quiso agarrar a la señora del cogote pero no pudo porque se les resbaló. “Tiene puesta crema”, dijo. El chivo, viendo que llegaba Gómez y gente de la cocina, ordenó la retirada. “Váyanse a la mierda”, dijo y se fue.
La señora se había refugiado bajo el escritorio. “¿Ya se fueron?”, preguntó. “¿Quiénes?” quiso saber Gómez. “La oveja, el chivo y el cordero”, dijo la señora.

-Sí –dijo Gómez.

Entonces la señora salió de su refugio se hizo un sánguche de mortadela y retomó su tejido. “Déjenme sola”, dijo. Enseguida, todos se fueron y la dejaron sola.  
 
 
Facebook Twitter Delicious Linked in Reddit MySpace Stumbleupon Digg Whatsapp Enviar por Correo

Imprimir Noticia

El Tiempo
Tiempo Esperanza
Buscar Noticias
Frases Célebres
Todo es posible para aquel que lo considera tal.
William Ellery Channing (1780-1842)
Teólogo estadounidense
Cotización del Dólar