Acá, en este pueblo oscuro, con apenas 40.000 habitantes, cualquiera pone a sus parientes en el gobierno municipal y ahora, resulta que ni siquiera siendo Ministro de Defensa, se puede influir para que la hija de uno agarre viaje en un laburito de morondanga. Se justifica el fastidio del Chivo, no solo le hicieron la vida imposible antes de las elecciones, sin sospechar que las podían perder, sino que ahora, que ganó Macri, la cosa se hace insufrible para la chica, hija de Rossi, a tal punto que no aguantó más y dijo: "Papi, renuncio, no puedo quedarme a laburar con estos forros", ¡Qué país loco, qué país!
Rossi, cuando se arrimó a la ciudad en alguna de sus interesadas visitas. Usted sabe, el hombre llega, víspera de elecciones internas y esas cosas, el tipo, Excelencia, Ministro de Defensa, ve como la Secretaria de la Intendenta que era la hija, llamaba al yerno (de la Intendenta) para que la madre (o sea la Intendenta) lo atienda. Parientes por todos lados, amigos, cuñados, amigas de la peluquería que recomendaron al hijo, y nadie dice nada. Es lógico que hoy, cuando el chivo Rossi quiere meter a su hija, una sola hija, como directora del Banco Nación, y no lo dejan, se frustra el tipo, cómo no se va a frustrar. Y eso cuando estaba en el pico de la fama, imagínense ahora que perdieron alevosamente, ni de portera de un ministerio va a conseguir la chica.