Todo hace suponer que ganarán los radicales. Por lo menos eso es lo que respira en el ambiente, lo que pasa es que en esta ciudad chiquita uno se encuentra con ejemplares de todo tipo y pelaje, hasta es posible que haya alguno que la va de opositor  "porque queda bien" y después va y vota a favor del oficialismo. La teoría que sustentamos en este rincón es que, justamente, los que van a votar al partido radical son los que dicen "de la boca para afuera" que le van a meter la boleta a cualquiera antes que a los susodichos. Son complejos de camiseta. Lo que pasa es que hay un pensamiento generalizado (y secreto) de que la ciudad anda bien, o que anda mejor que otras ciudades similares o en todo caso que se "codea" con las comarcas que andan bastante bien y como tales certezas son compartidas por todos resulta que cambiar caballo de buen trote no es bueno para nadie. Todos en un rinconcito de su corazón tienen la pavura lógica que representa lo desconocido.
¿Y si cambiamos y después resulta que metemos la pata? -eso es lo que piensan nuestros vecinos aunque digan lo contrario-


El que lee estas oscuras reflexiones y está lejos, seguramente ha de pensar que de nada vale al autor de esta nota mentir sobre su real pensamiento porque los esperancinos que han emigrado no se incomodarán seguramente en venir a votar. Eso no hace más que sumar un poroto a favor de la raquítica credibilidad de quien escribe y provocar un desplante a las suspicacias de los opositores  tipo "new age" que alimentan su autoestima con posturas anarquistas que no serán capaces de sostener en la urna. Escenografía. Mucho papel pintado en las conductas de nuestros conciudadanos. ¿De donde cree el lector que sacará el actual Intendente los votos que lo dan como número puesto en las elecciones de setiembre?

Nuestra lucha contra las posturas hipocritonas que reinaron en otras épocas y que reinan ahora (aunque con serias posibilidades de extinción), tendrá éxito si quienes se autotitulan guerreros participantes en tamaña epopeya espiritual empiezan por usar como arma de guerra la verdad verdadera, corriendo, por supuesto, los riesgos que tengan que correr y soportando lo que haya que soportar (insultos incluidos).

La cosa está entonces, y ya se habrán dado cuenta, entre los que van a votar a De Pace, los que no lo van a votar porque lo odian a muerte y los que "dicen" que no lo van a votar y después terminan votándolo. Tal vez en el análisis de la conducta de estos últimos, creemos, modestamente, se encuentra la gracia y la razón de esta nota ya que, merced a estos vicios del alma, no son pocas las comunidades que se han degradado una y otra vez, por más ricas y prósperas que hayan sido.

El asunto es determinar si  para la ciudad es bueno o malo que continúe De Pace. Eso es futuro. Hoy parecería que hay clima favorable al Intendente, un grado de confianza que lo mantendrá en su puesto, todo hace pensar que así será, al frente del municipio por un período más, eso es lo que se percibe en el ambiente y hay que decirlo, a riesgo de recibir los calificativos más ofensivos y obscenos que pueda imaginar el que lee, pero en honor al olfato canino de quién escribe debe decirse para que el que está lejos entienda lo que debe entender, sin artificios, sin gambetas, y sin groseros macaneos. Listo.
-¡Momento! ¿Cómo listo farabute... y usted, che, por quién va a votar a la final?
-¿Yoooo? ¡Ah, siiii, yo...! Yo, vea, voy a votar por cualquiera, pero por cualquiera que no sea De Pace por supuesto, porque yo, yo soy opositor ¿vio?