Meiners dio a entender que en el próximo cambio de gabinete podría meterlo a Becchio en servicios públicos. La Intendenta no dio seguridad, hasta dijo que NO que de ninguna manera tenía pensado semejante salvajada, pero igual, la sola esperanza de continuar embolsando la moneda grossa todos los meses, hizo que el concejal próximamente "rajado", se esmerara por conseguir un laburito en la municipalidad. Para eso el tipo entró a votar a ojos cerrados cualquier cosa que mandara Meiners, Con los otros tres ya votó el presupuesto inflado y ahora dio un salto mortal en el aire y cambió su voto sobre la dirección de la calle Rafaela. Con "cosos" como éstos controlando la guita de los contribuyentes hasta la quiebra no paramos.