Anza, Blangini, Schnell, dejan lugares donde quedaban expuestos y, por lo menos, estaban obligados a responder de tanto en tanto por su inacción, para desaparecer en nuevos puestos donde nadie sabe bien cuales van a ser sus funciones. La intención es promover un cambio virtual sacando a los más discutidos de la línea de fuego pero mantenerlos en la lista de sueldos. En definitiva es un premio para que continúen cobrando haciendo menos todavía de lo que hacían sumado a que les será mucho más fácil gambetear el control de los contribuyentes. El único control que aún subsiste porque Meiners y los que deben controlar los recursos de la gente se han echado a dormir como de costumbre.

El nuevo primer ministro, Alfonso Gómez, asciende a secretario de gobierno y deja su espacio en la secretaría de hacienda. Por supuesto ocupó durante unos días los dos lugares, es posible que le costara abandonar la chequera, pero ahora parece que se cubrirá el vacío. ¿Quién viene, un contador local, un genio de las finanzas tal vez? No. En tren de importar talentos parece que traen a una señora de la ciudad de Santa Fe que por supuesto no tiene ni idea de quienes somos los esperancinos, pero como se trata de una "amiga" del Senador Pirola (que mete púa en la ciudad, ayudó y ahora pasa factura) la dama viene con licencia para hacer y deshacer en el lugar donde se concentran los fondos públicos. Eso quiere decir que si llega alguno a vender de parte de Pirola, cobra seguro.