Soluciones no hay, pero la demostración oral del Secretario Blangini es realmente extraordinaria, en los dos programas de cable, en el mismo día y casi al mismo tiempo, el funcionario desplegó su notable habilidad parlante, que impide ser interrumpido porque discursea de corrido sin tomar aire. Los conductores (y el público oyente) tuvieron que tragarse el parlamento completo sin decir absolutamente nada debido a la imposibilidad de repreguntar. Blangini no dijo nada, no entregó ninguna pista, no alentó esperanzas para los trabajadores del peaje (80 familias en ayunas) pero habló hasta que se cansó. Cuando se cansó y respiró lo unico que quedaba por hacer era apagar la luz. 

No se entienden muchas cosas, entre ellas como en una ciudad pequeña como la nuestra donde los televidentes no abundan (y menos para estos programas pedorros) todavía compiten entre sí. Dos propuestas iguales a la misma hora y ahora el colmo, con el mismo infumable discurso de Blangini en las dos pantallas. Eso es un desprecio a la inteligencia, al sentido común y a todo. No se entiende como personas medianamente razonables producen estos actos irracionales. ¿Qué pasa, se tienen bronca entre ambos insoportables Play y Link y pretenden reventarse uno con el otro? De otra manera no se entiende. Tal vez odien a los pobres abonados al cable, es posible, todo puede ser. Este pueblo produce estos seres tan originales que, para colmo, cuentan con herramientas como la televisión para difundir sus excentricidades y su locura. Lo de Blangini fue casi un asesinato al buen gusto y a la razón, menos mal que la gente se fue antes y los dejó solos. Ojo a la repetición que es peligrosa.