Después de los comicios, la señora se tomó un respiro. Puso el piloto automático y le abrió la jaula a los charlatanes para que sigan hablando de lo que hay que hacer sin hacer efectivamente nada. Charlas sobre trabajo para los jóvenes, charlas para nocturnidad, discursos sobre temas tan inasibles como el humo que vendieron durante estos casi ocho años. Lo único que pueden ofrecer es el plan de pavimento, más caro que lo normal, no importa porque el que paga es el pobre vecino, la Municipalidad hace de "contratista intermediario" y se lleva una mordida financiera a costa de los contribuyentes.
Un ejemplo claro de la "competencia" oficial es el famoso centro de monitoreo que se armó de apuro con cámaras y plata de la Cooperadora Policial y que lo único que monitorea es la vereda del Municipio. Los concejales saben que el supuesto monitoreo Meiners es un caramelo de madera que se pondrá en acción quién sabe cuando, entonces, el Concejo, que no duerme, se apura a meter el dedo en el tema antes que la gente se olvide que le vendieron un buzón.
Gómez (según la alcaldesa "exquisita persona") sabe que el proyecto que largaron en la Terminal de colectivos no es moco de pavo y que le puede tumbar el carro con lo que cuesta. Bastó viajar a Rafaela y observar lo que tienen allá para comprender que un emprendimiento como la gente sale un huevo y la mitad del otro. Gómez no está dispuesto a desbarrancar el presupuesto y padecer insomnio por un berretín electoral que puede esperar. El costo político que pagará la señora por macanear es lo de menos porque hay cuatro años por delante.
Todos "manyaron" que el gobierno municipal con la alcaldesa reelecta solo sirve para hablar de cosas y no para hacer cosas. La esperanza de la primera dama es echarle la culpa del congelamiento de la ciudad al gobierno de la provincia, recordándole el "pacto" que hiciera con Cammisi previo a las elecciones. "Ahora voy y les pido que cumplan lo que prometieron", piensa la Intendenda, supone que el Gobernador va a venir y le va a hacer todo y que, cuando esté listo, la van a llamar para que salga en la foto. Sabe que eso se consigue con "garra", voluntad y plata, pero Meiners no está dispuesta a hacer (ni poner) nada para conseguir las obras que hacen falta. Está claro que no quiere poner un solo peso. Tampoco quiere trabajar, lo máximo prestar el permiso, prestar alguna máquina, no es secreto para nadie que no hay voluntad política. No hay voluntad. Después saldrá a decir que gestionó ella sola o con Pirola, como dijeron del pavimento a La Orilla. "Gestionar", por favor, cuántas cosas gestiona la gente de Esperanza ante su majestad la alcaldesa y ella las hace si quiere. ¿Qué quiere decir "gestionar"? El pavimento a La Orilla lo hizo Binner y lo hizo porque tuvo la voluntad de hacerlo, Pirola y Meiners cuando son nombrados como "gestores" de esa obra, los que saben como fue, se matan de risa.
Las obras que faltan en la ciudad se harán con una fuerte participación municipal o no se harán. La provincia está dispuesta a ayudar y eso significa una oportunidad crucial que no se debe dejar pasar. Cloacas, entubamiento de canales, obras hídricas en barrios comprometidos, son prioridad. Los edificios en ruinas a cuadras de la plaza y el mismo centro de monitoreo reclaman atención. El pavimento destruído es una realidad. Todo debe hacerse y para que se haga se necesita una tarea sostenida del ejecutivo municipal. Hoy no se ve una la acción acorde a las circunstancias, todo es discurso, el cabildo abierto, el pobre impulso a planes nacionales, el apoyo pijotero al deporte y a la cultura, el ínfimo espacio para los jóvenes, no se ve movimiento, solo "parla", como consecuencia la ciudad sigue en el freezer entretenida por los caramelos de madera que la alcaldesa le tira de tanto en tanto.