No habría tantos cuestionamientos a la gestión por parte de algunos medios, si Pirola no hubiese dado la orden de tirar a discresión.  Todas las notas van dirigida al hígado de la Intendenta. Sabiendo que la única bandera que puede mostrar es la una supuesta transparencia, los misiles van hacia el demanejo de los fondos públicos. En momentos en que el Secretario de Hacienda llora mares por un aumento despiadado de tasas, la duplicación de los pagos por limpieza, dejan a Gómez y Meiners pedaleando en el aire. 

Las acusaciones de facturación trucha por parte de la empresa contratada para la limpieza que, supuestamente, factura calles que en realidad limpia el municipio, es grave. Si Meiners no muestra las facturas estará en problemas, sobre todo, ahora cuando se llora pidiendo más plata, justamente para limpiar mejor. 

Este tema de la tercerización de trabajos que DEBERÍA hacer el Municipio (de hecho siempre lo hizo) no es nuevo, al contrario, siempre fue motivo de análisis en esta columna. Hoy, por el escándalo que eso provoca, en época de vacas flacas, con el impulso del año electoral que se avecina, adquiere una relevancia notable.  Otros medios se han sumado,  seguramente avalados por el Senador Pirola y eso, para Meiners y sus cómplices obligados Gomez, Fernandez, representa un disgusto.