Carlos Fascendini buscará su reelección. Uno de los referentes más importantes del radicalismo santafesino eligió refugiarse en la fuerza concreta que significa el departamento y la ciudad que le dio el espaldarazo en su carrera política. En esta elección tendrá que luchar con un Justicialismo que arrima varios candidatos en su porfía por recuperar Las Colonias, una comarca radical en una provincia gobernada por peronistas desde hace mucho. Si Carlos Fascendini corre esta carrera con posibilidades ciertas es porque trabajó mucho y bien en lo que le tocó hacer y es muy probable que los electores del departamente recuerden eso a la hora de decidir. Veremos que pasa, todo depende de lo hecho y también de lo que se haga de ahora en más en una campaña corta y dura.

La exposición se plantó sobre un proyecto que excede la ciudad y el departamento para convertirse en una empresa provincial. La justicia con organismos que investiguen a los funcionarios integrados por miembros del partido opositor. La función del Estado como ente regulador, como órgano de conciencia y mando en la vida comunitaria, proyectos integradores para combatir el individualismo salvaje del libre mercado. La ineficacia de los planes sociales y la valoración del trabajo y la creatividad como motores de una nueva Argentina. Fueron algunos de los conceptos fundamentales de Fascendini. No faltó nadie,  eso y solo eso fue notable, detrás de los candidatos principales estaban todos los candidatos de los distritos del departamento, para tener en cuenta.
 
El trabajo de campaña en el Departamento Las Colonias no debe ser fácil. La cosa en líneas generales debe girar en torno al conocimiento que se tiene en los distritos de la conducta, hechos y personalidad del candidato. En una palabra: "te tienen que conocer". Está a la vista y se cae de maduro que el que va por la reelección, (si es que aprovechó la gestión) corre con alguna ventaja, en todo lo que significa contacto con la gente de los distritos, sus necesidades y aspiraciones.  Fascendini tiene a favor que conoce el departamento en forma efectiva y no precisamente por teléfono, le gusta solucionar los entuertos por propia mano y es así que los habitantes de la zona (a los cuales les puede gustar o no) lo conocen de cerca en las buenas y en las malas. En un momento pareció que Fascendini se bajaba de la candidatura a Senador (¿cansado de luchar tal vez contra los múltiples candidatos de la oposición) y volvía a su primer amor, la Intendencia de la ciudad de Esperanza,  pero después ese berretín quedó en el olvido, o a lo mejor para la próxima. La cosa es que aquí y ahora el hombre va a copar una parada que no es tan fácil como parece, nadie niega que es sin lugar a dudas la figura más conocida (por propios y extraños) que aparece en la numerosa multitud que se candidatea, pero lo que tiene enfrente es precisamente eso, una multitud, una diáspora de lemas, sublemas, grupos y hombres sueltos que nadie sabe con claridad para quién suman o a quién le restan. Para colmo de males la vieja sigla radical a reculado ante el lema Socialista, porque así lo exigía la lucha electoral, por conveniencia o porque no había más remedio, pero eso también es motivo de inquietud. La campaña deberá elegir un camino y ese camino deberá ante todo simplificar la opción, porque la confusión no favorece a nadie, pero menos favorece a los más mentados, a los más conocidos y a los que tienen posibilidades de ganar.