-Este gabinete es un gabinete de gordos -dijo la alcaldesa mirando de reojo una medialuna.
-Y, como es un gabinete de gordos -siguió la doña-, he confeccionado un decreto por el cual quedan todos obligados a hacer media hora de ejercicios, todos los días antes de comenzar cada jornada.
-Además -continuó la Intendenta- vamos a hacer el régimen de mi tía Luisa que otrora fuera obesa y hoy es un elegante esqueleto.
- ¿Y en qué consistiría la dieta de su tía, señora...? -preguntó tímidamente el secretario Fernandez acomodándose la pancita.
- Consiste en un almuerzo con hojas de trebol y a la noche nada, a lo sumo la foto de una pizza.
- ¡Nos vamos a morir de hambre! -saltó el gordito al que le dicen "Gucho" incluído en el decreto como asesor de autos antiguos.
- Bueno, usted quiere quedar sexy y no hacer ningun esfuerzo. Este es un plan de descenso rápido -dijo la señora.
A continuación los miembros del gabinete fueron invitados a dirigirse a un sector de la Plaza San Martín donde la señora Intendenta procedió a clavar unos tenedores con la parte filosa hacia arriba y a informar a los presentes que se daría inicio a una sesión de flexiones.
- Comencemos por el más chancho -dijo.
Todos se miraron y trataron de ocultar la panza excepto Gómez que solo sacó pecho sin mucho éxito.
- Sáquese la camisa señor Blangini -dijo la señora y los otros largaron el aire contenido- Comience a hacer flexiones sobre los pinches y le recomiendo que no se desconcentre.
A la 2da. flexión que hizo Blangini, un perro vagabundo se acercó y le lamió la oreja.
- ¡Saquen ese perro, por favor! -dijo el arquitecto con voz ahogada.
- No defeccione, no se distraiga, porque caerá sobre los tenedores.
El arquitecto fue rescatado por cuatro miembros de honorable gabinete y luego la señora ordenó la retirada, dijo que la actividad del día de la fecha había sido solo de muestra y que "mañana lo vamos a hacer más difícil colocando un ladrillo en el lomo o una bolsa de arena".
- Señora Intendenta, con todo respeto, quisiera saber, si no es molestia, cuando le toca el turno a usted para los ejercicios. -preguntó la señora Schnell con absoluta seriedad.
- ¿Qué, me estás diciendo gorda, Elsa? ¡Mirá que sos mala, che!
- De ninguna manera señora, usted no está gorda.
- Ah. -dijo la señora y asunto terminado.
Tiempo Esperanza
Frases Célebres
El consejo que la presteza en la ejecución hace seguro, lo hace frecuentemente temerario la tardanza.