LOS ELEGIDOS PARA HACER EL TRABAJO EMPOLLAN EN LOS SILLONES OFICIALES.
El Municipio cuenta con más de 500 empleados. ¡Quinientos! Uno se imagina la multiplicidad de tareas que se podrían realizar con 500 voluntades. Sin embargo las muestras de inacción están a la vista. Un solo ejemplo en las propias narices del ejército de dependientes públicos supuestamente al servicio de los vecinos: los bancos de la plaza en estado lamentable. Una nimiedad, es cierto, pero si los JEFES, LOS CONDUCTORES, no son capaces de ordenar a sus subordinados que arreglen y pinten los BANCOS DE LA PLAZA, que se puede esperar de las otras obras cruciales para una ciudad como la nuestra. La culpa no es del chancho sino del que le da de comer. Los empleados no hacen mucho porque los deben controlar no controlan. Controlar ES EL TRABAJO, empollar en los sillones lo hace cualquiera. Falta el chancho y falta el dueño del chancho. No hacer el trabajo por el cual se cobra también es corrupción.