Todo indica que el entusiasmo por la candidatura de Elena a la Intendencia ha disminuído. El otrora prometedor candidato se ha desinflado, un poco por mérito propio pero, fundamentalmente, por una decisión de su principal sponsor:  El Senador por el Departamento Las Colonias Rubén Pirola. 
El médico, a simple vista, no tiene un perfil muy entusiasta, su estilo es parsimonioso y cansino,  impresiona como un sujeto que debe ser impulsado cada dos por tres para que no se "achanche".  Esa conducta "natural" de Elena lo fue dejando a la cola de su principal oponente, el radical Camissi.  A eso se suma la segura opción de Pirola (y su billetera) por el Frente Renovador que lidera el tigrense Massa.
Si el Senador se corre de sector, se mueve con todo su entorno. Eso significa que Elena y compañía deberá solicitar asilo a la gente del Diputado Martinez, quién con Khaloff y Rossi, se refugian en la Fundación Centro.  Ese movimiento parece demasiado para Elena que siempre levantó la bandera ancestral del peronismo ortodoxo.  En realidad el peronismo ortodoxo es una ilusión, no se sabe donde está, la variedad de peronismos confunde a todos y más todavía a Elena que, en caso de seguir a Pirola, terminará perdiendo prestigio como "político" y como profesional.
Hoy en día el doctor Elena mide muy poco en la ciudad. Esa realidad, con Camissi en movimiento, ha desteñido al médico como candidato.  Pirola, mientras tanto, se preocupa por su futuro personal y se olvida del médico. Para Pirola el lugar donde se encuentre en el 2015 es crucial. Con el Kirchnerismo en franco retroceso y el peronismo dividido tratará de colocarse en un pelotón con posibilidades, la experiencia de Obeid lo asustó un poco y es conciente que si elige mal puede perder los privilegios que hoy posee. La presencia de Reutemann en la franja de Massa es tentadora para Pirola.  El Intendente de Tigre lidera las encuestas a nivel nacional y puede sorprender en Santa Fe. Quedarse con los kirneristas (perdedores probados) podría ser fatal para Pirola.
El asunto es que si Pirola se hace "massista" y Elena lo sigue, la gente puede llegar a pensar que el médico local es una especie de Borocotó aggiornado.  Y eso Elena no se lo bancaría. El doctor está dispuesto a jugar algunas fichas, es cierto, pero arriesgar su carrera profesional por la banda de Intendente (que ya no es tan segura), parece demasiado.