La gente grande hace bien en meterse en política, es cierto, y nadie va a negar que la experiencia sirve para orientar a los que llegan. Pero, también es cierto que es necesario que se ingrese con mentalidad de retirada, aunque no de jubilado de privilegio que  cuando se vaya viajará por el mundo y que le hará pito catalán a sus  compatriotas, de los cuales lo único que les importó fueron los votos para pasarla bien en el retiro y que ahora a joderse y que se arreglen como puedan.

La lista de diputados de Reutemann fue un parto. Entrar más arriba del puesto diez era una especie de epopeya más propia de un coloso griego que de una frágil e inofensiva abuelita. No obstante y para sorpresa de toda la hinchada, la señora Elida entró en el puesto 9 (nueve). ¿Batistuta, Palermo...? ¡Nooo! ¡Qué va! Traelo si querés al "bati" a ver si entre en el pelotón, no entra, miralo a Pochettino, militante de la zurda combativa... ¿En qué puesto está? ¡Del veinte para abajo! Y la dulce y tierna señora de Auce en el noveno. Hay que tener muñeca para conseguir eso. Pero antes de retirarme debo decirles que aparte del mal ejemplo a los jóvenes que da la gente mayor comprometiendo el futuro de la provincia, yendo en para dos cargos a la vez, demostrando una angurria fuera de lo común, hay otra cosa que me molesta sobre manera y esa cosa es la mentira. Poner cara de bueno, de honesto, de inofensivo y ser todo lo contrario no se lo que yo entiendo por gente apropiada para elegir... ¿Capiche?
(Y a buen entendedor.... marche preso. Mañana la seguimos)