Qué hizo cada uno de nosotros hace 38 años. Los que tuvieron la suerte de contarlo pueden hacer memoria y recordar. Recordar a la policía local, recordar el papel de los empresarios esperancinos, los sindicatos y fundamentalmente los políticos. Quienes fueron perseguidos y quienes se favorecieron. Muchos conocidos se asociaron con los militares y muchos se convirtieron en confidentes de los golpistas para perjudicar a sus conciudadanos. Tuvimos desaparecidos. Muchachos y chicas que fueron duramente castigados por sus ideas. Eso es lo que debemos recordar y los que tengan que pedir perdón que aprovechen el día para hacerlo. Que nadie haga pata ancha frente a las placas recordatorias. La mayoría de los que discursean deberían guardar respetuoso silencio. Por respeto a quienes sufrieron la muerte y el insulto de sus propios vecinos. El tiempo no sirve para olvidar cuando la verdad continúa secuestrada. Nunca más.