La sombra de Ana Copes amenaza con traer pesadillas que parecían olvidadas. El odio incondicional a los radicales, herencia demócrata progresista, hizo que la sucesora de Copes, siguiera, con ciega verticalidad a Becchio en lugar de Camnisi y levantara su blanca mano en favor del "poco confiable" gobierno Meiners. Hoy, la mujer del "honestísimo perfil" queda pegada a la banda de implacables fusiladores del bolsillo del contribuyente.  

Ponemos en primer plano a la blonda concejala Gabriela Oggioni porque es, en definitiva, la más traicionada. Lo que hicieron Becchio, Elena y Kinnen con esta chica casi que podría inscribirse dentro de la "violencia de género". Le ocultaron detalles de lo que en realidad estaba votando cuando daba el "sí" a la tasa del 35%. ¿Dónde estaban los asesores de PDP en épocas de Albarracín? Olvidar que cualquier letra alcanza para que el escuadrón de la muerte del Municipio ejecute a los cándidos vecinos es una ingenuidad. Todo sirve, Gómez y compañía, ocultos pero eficaces, estudian cada párrafo buscando meticulosamente algún indicio, algun inciso, que les permita meter mano en la billetera de la gente. ¿Ignoraba eso Oggioni? Si lo ignoraba, entonces, la dama fue engañada sin piedad por sus "colegas", Becchio la hizo pisar el palito, tal vez para beneficiarse con alguna prebenda de Meiners. Oggioni levantó la mano de buena fe, creyendo que en realidad el ejecutivo necesitaba plata para mejorar los servicios, que la ciudad avance y toda la sanata repetida por años. Hoy se ha convencido que no era así. Lástima que su ingenuidad es irreparable y golpea a terceros que no tienen la culpa, terceros que tal vez votaron a Oggioni para que los defienda.