En la Argentina no solo existen problemas graves porque la plata no alcanza, también hay que considerar los inconvenientes de aquellos que ya no saben donde guardarla.  Diputados, Senadores, políticos en general que mes a mes, embolsan cantidades difíciles de gastar en su totalidad se encuentran ante la angustia existencial de no saber que hacer con la moneda que rebalsa en sus faltriqueras. Es en ese instante fatal en que aparece en escena el nunca bien ponderado "testaferro". Un tipo cualquiera, un cuñado, sobrino o conocido que, eso sí, sea de confianza para que vaya desparramando los huevos en distintas canastas. Un Senador en actividad decía no hace mucho: "lo injusto es que no se puede gastar ni siquiera la plata que uno gana por derecha, no se puede comprar nada porque cualquier hijo de vecino piensa que uno está afanando como loco".  Eso sí que es injusto, el Senador o el Diputado tiene que mandar al sobrino a comprar un auto porque si va él en persona, ya empiezan con las injurias irrepetibles. Tal vez tendrían que cobrar menos, un poco menos, transparentar los viáticos, mostrar los subsidios, en fin, parecería que hoy en día, hagan lo que hagan, compren lo que compren, los políticos estarán sospechados de chorros. Eso sí que es injusto.