Becchio hizo debut y parece que también despedida. Por chuparle la media a Meiners y recibir sus dádivas, el fulanbo, le metió la mano mal en el bolsillo a mucha gente. Le dio a la insaciable Intendenta la posibilidad de "arrancarle la cabeza" a una cantidad notable de vecinos que poseen un terreno, terrenaso o terrenito. No hizo distinciones, tenés un baldío, bueno, vas a tener que pagar cuatro veces más de lo que pagabas. De este asunto la Intendenta y Becchio no van a salir indemnes.