Debería preocupar al gobierno municipal (concejales incluídos) el hecho de que el recinto estuviera vacío cuando se inauguraron las sesiones ordinarias.  Debe ser la primera vez que se manfiesta semejante desinterés por la cosa pública y haber conseguido esta reacción de la gente, sin duda, es un "mérito" de estos políticos actuales. Un discurso repetido de la Intendenta, sin énfasis (porque ni ella creía en lo que decía), macanero, tartamudo y solemne hasta el ridículo, durmió a los pocos que se aguantaron la hora y media de "obras" que de estar hechas como dice la doña estaríamos viviendo en Rafaela y no en Esperanza. Pero aparte de los furcios y tropiezos en la lectura, llamó la atención el escaso público que se dio cita en el Concejo. Una demostración clara de que la "credibilidad" está herida de muerte, los ciudadanos no creen más en este elenco de gobernantes, por eso no se interesa más en lo que dicen, en lo que prometen y en nada de lo que hagan. Hasta el año pasado, una concurrencia notable acompañaba a concejales, gabinete e Intendenta en la apertura de sesiones, público variado compuesto por empleados municipales, compañeros interesados, curiosos y "bombistos" del partido gobernante, sea como sea, había gente. En cambio ahora, tanto ediles como funcionarios del poder ejecutivo (que ejecuta poco y nada) han cansado a todos. Ese es un hecho políticamente grave: recuperar la credibilidad va a llevar mucho tiempo. Por ahora los ciudadanos parecen creer que allí sentados en los sillones se encuentran unos cuantos vecinos de los cuales no puede esperar mucho que digamos.