La verdad, haciendo gala  de una humilde opinión personal y para no complicar la compresión de la jugada, en la lectura de las listas presentadas vemos dos grandes grupos. Empezaremos por lo que podría llamarse ¨La oposición¨  para luego analizar al ¨oficialismo¨.

1) La oposición.
En el peronismo es mejor (lejos) el candidato a Intendente que los candidatos a concejales. En cambio (de pronto, me parece...) en el PDP son mejores los candidatos a concejales que la candidata a Intendenta.
¿Por qué decimos esto? Bien, no se dice esto porque sean tan buenos unos y tan malos los otros y viceversa sino al revés o sea, son tan malos todos que en medio de la escasez (ojo, que estos términos se refieren a la política exclusivamente, nadie considera ni por asomo que los ocasionales candidatos puedan ser buenos o malos padres por ejemplo ¿capiche?), en medio de la ausencia, repito, cualquier presencia se nota. La candidata Meiners es a las claras una "mosca en la leche" (dicho de onda...), la macana es que se viene con algunos cadáveres colgados de la pollera y eso no es bueno. No es bueno para ella. Suponemos que los que van abajo, como concejales, como senadores o como lo que sea, piensan que los votos de la rubia irán para ellos, pero la Meiners no es Reutemann. Y tampoco el arrastre de Reutemann funiciona en esta zona donde la mentalidad suiza responde a una especie de nacionalismo muy original que para colmo hasta ahora da un resultado notable como remedio a las tupidas crisis que nos azotan día por medio en la querida Argentina.

2-El oficialismo
Repone la misma gente, la misma fórmula y va, bajo el paraguas de un lema ajeno, a buscar el tercer período de De Pace y la reelección de Fascendini  Tienen un enemigo, el voto que no va a favor de la oposición sino en contra de ellos. La apertura que están generando hacia la ciudad no cuenta demasiado porque recién empieza, solo cuenta el trabajo hormiga en la ciudad y en el departamento (no hay otra forma de hacer el trabajo en el departamento y en la ciudad.), los favorece que el PDP va solo y por afuera con una candidata devaluada (comparando con la elección  anterior), los favorece también que Carrizo, el hombre mejor posicionado como candidato a Senador por el justicialismo no haya sido convocado. Tiene que temer, sin embargo, por el desorden y la falta de claridad que representa el Lema que los cobija y el desgaste que significan tantos años en el poder. Empiezan las campañas el que se equivoca perderá y es fácil equivocarse.