Históricamente el sufragio universal se implantó muy tarde en los regímenes democráticos contemporáneos. En el siglo XIX -en Bélgica hasta 1919- imperó, en efecto, el sufragio censal, que hacía depender el derecho de voto de la propiedad de bienes raíces o del pago de determinados impuestos. En las primeras elecciones posteriores a 1789 no había, en Francia sino poco más de 30.000 electores. En esa forma la burguesía, que acababa de adueñarse, por la fuerza, del poder, aseguraba a sus miembros el monopolio de designaciones políticas. A medida que fue penetrando la propaganda liberal mediante el empleo casi exclusivo por la clase dominante de los medios de educación y de difusión -escuela y prensa-, el sufragio se extendió paulatinamente entre los varones. Solo mucho después alcanzó a las mujeres. La práctica de elegir que se va instalando entre nosotros impone un aprendizaje que tiene que ver casi exclusivamente con la experiencia. Cuando se eligió no hace mucho al Presidente dejamos nuestro voto como una expresión de deseo de que por fin las cosas cambien, hoy se nota una paciente y comprensiva expectativa hacia el hombre que sugería más incógnitas que certezas.

Acá, donde los hombres están más cerca, donde todos se conocen, hay menos preguntas porque todo está a la vista y como tal la información cierta que brinda la realidad es el estímulo para entrar al cuarto oscuro. La semana que se inicia nos lleva al encuentro más preciso de listas con candidatos a Intendente, Senadores, Concejales y cargos provinciales, nombres. Ahora comienza el gran debate ciudadano, que hará sacar algunas chispas en las mesas de café, en las oficinas y hasta en los almuerzos familiares, pero es tal y tan cercana la información sobre hechos concretos (buenos, regulares y malos) realizados por tales o cuales hombres de tales o cuales partidos que las decisiones están tomadas. Creo que si se busca la unión de los esperancinos, que si se apoyan las actitudes que juntan y en contrario se rechazan los planteos que dispersan, que atomizan y paralizan, estaremos todos contentos. Después que venga quien venga, si vamos para adelante todos juntos,  será para bien. 

Todos estamos seguros de lo que tenemos por delante, todos sabemos que ahora ha llegado el tiempo de mirar cerca, que la evolución irá esta vez de abajo hacia arriba, despacio, haciendo pie en una selección de hombres corajudos y solidarios, en todo el pueblo argentino se sabe que la ficción, la macana, el verso de los viejos políticos que no representan a nadie a terminado.  De nosotros depende que eso se consolide.