Imaginate, festichola del CICAE, media luz, todos trajeados, el turco en el micrófono, políticos, empresarios, y unas minas terribles yendo y viniendo con minis, maxis, transparencias y tutti li fioqui ¿viste?. Bueno, resulta que estábamos dándole al champán y haciendo rostro con un amigote cuando de pronto, así como así, me percato que una minita, rubiecita, gauchita, me está junando. Pero mirando bien, loco, fijo, digamos que era para que la autoestima se te vaya a las nubes, y eso es lo que pasó, la facha se me transformó y la caripela de siempre la cambié por la de Brad Pitt, pensé que ahora estaban de moda los galanes maduros, que las minas se enloquecían por las canas ("Las" canas y no "los" canas, capiche) y que yo no estaba para retirarme y todo eso. Mi amigo que es un rana, me dijo de prepo cuando vió al minón infernal mirando a un servidor que vaya y encare, que patee al arco y todo eso que dicen los amigos de uno cuando una mina lo mira a uno. Y... bueno, me embaló el muy turro, él, el tinto y la autoestima alta me movieron hacia la rubia y mientras pensaba una frase matadora me arrimé con la copa de cristal de rubio champú en la mano derecha.
-Te miro y te miro... y no te tengo, nena... ¿Cuál es el orígen de semejante rubia ...? -le dije a media voz-
- Señor mío... -arrancó mimosa la rubia-
- Decime mamita... - quise saber ya con palpitaciones-
- Señor, disculpe, pero...
-Pero qué, chiquita... -¡Dale animate! pensé yo al borde del enamoramiento total-
- Bueno, en realidad, vea, lo estaba mirando y no sabía como hacer para decirle que...
-¿Decirme que, nena...?
- Que tiene la corbata dentro de la copa de champán, señor.
(Nadie diga una palabra. Este punto negro en mi tortuosa existencia jamás será olvidado, y menos perdonado a quienes conociendolo en detalle se ocupen de repetirlo. Ojo al piojo.)