“Tenemos que festejar el logro realizado con el Parque industrial”, dijo el Secretario Fernandez mientras pegaba un chicle debajo de la mesa.
- Ojo Miliki con lo que trae para comer.
- ¿Por qué señora?
- Recuerde que el otro día lo tuvimos que colgar boca abajo porque se atoró con polenta.
- Era polenta a “pico seco” señora –dijo Fernandez- eso no volverá a suceder porque traje una botella de champán.
- ¿Qué es lo que pasó con la polenta? –Quiso saber Gómez.
- El secretario Miliki se atoró con polenta, se puso azul y gracias a que pudo armar la palabra “Socorro” con unos grisines lo pudimos salvar...
- ¿Y quién lo vio primero?
- Blangini vio la palabra “socorro” escrita con grisines –contestó la señora alcaldesa.
- ¿Y que hizo?
- En lugar de ayudarlo agarró los grisines y le puso “¿Qué?”
- ¿Y Miliki?
- Le escribió “Me ahogo...”, entonces Elena le pegó en el lomo con el expediente del Plan de accesibilidad y lo pudimos componer.
Fernandez mientras tanto había decidido impresionar a los presentes abriendo una botella de champán. Se escupió las manos y miró a todos. La secretaria de cultura que estaba al lado lo miró como diciendo “No vas a poder”. Ya vas a ver, pensó Miliki, se puso la botella entre las piernas y agarró el tapón. Ni se movió. Hizo otro intento y el corcho no salió. Dos Santos enarcó las cejas y sonrió. Miliki hizo otro intento. Nada. Entonces Fernandez decidió hacer un último intento buscando energía en el fondo mismo de su naturaleza de varón y de policía retirado. Apretó fuerte la botella con las rodillas, los ojos se le salían de las órbitas.
- ¡Aaaaahhhhh!
- ¿Qué pasó? ¿Salió?
- Se desmayó.
Entonces la señora alcaldesa ordenó sacar de inmediato al Secretario Fernandez del Salón de los tejemanejes. “Sáquenlo –dijo la señora- este no sabe ni destapar una sidra”. Entre Dos Santos y Gomez arrastraron a Miliki hasta la puerta y lo soltaron por las escaleras. "Menos mal que la fuerza que hizo este animal no le salió por otro lado, porque iba a provocar otro desastre irreparable", dijo en voz curiosamente alta la señora Schnell.