En la cena donde se festejaba el 75 aniversario del CICAE finalmente se anunció que el predio ferial es de la institución empresaria. Fue un regalo harto merecido e importante por contenido y oportunidad. ¿Cómo es que ahora se consiguió tan rápido y fácil lo que parecía tan enredado? Muy simple, con un mínimo de inteligencia y aplicando las viejas reglas de que la ciudad es más importante que los individuos que la habitan. ¿Fácil de entender? No tanto, porque la cosa, estando el CICAE bajo la influencia de otros generales, se complicó a tal punto que parecía que semejante regalo se perdía.

En verdad, fue un proyecto en exclusiva de Fascendini, porque no solo lo redactó,  presentó y siguió paso a paso, sino que tuvo que luchar contra la falta de sentido común de propios y extraños. Dos veces estuvo a punto de ser aprobado, dos veces el bloque justicialista lo dejó caer y cuando parecía que iba a ser otorgado el terreno en porcentajes (con dudosas declaraciones de Auce y otros que ahora quieren montar el picaso), la insistencia del esperancino, que accidentalmente es radical, pero es ante todo un representante de la ciudad, consiguió lo que quería. Gol de Fascendini, gran premio para el CICAE que ahora estrena Presidente nuevo, con imaginación y empuje y gran regalo para la ciudad iniciadora de la feria más popular de la región. Así vale la pena levantarse a la mañana. Para seguir creyendo. Recordamos que no hace mucho la miopía de algunos dirigentes confundía los intereses personales con los intereses de la ciudad misma. Otros vientos soplan en lal ciudad que avanza como nunca hacia un futuro donde todos quieren crecer, pero cuando se trata del conjunto ejercitan la grandeza de replegar sus ambiciones. Más que bueno.