El actual concejal Elena ha sido atacado porque, según sus adversarios, "no es de la ciudad". Dicen que siempre es mejor cuando los intereses de los candidatos coincide con el interés general, esa es una regla milenaria, incluso reyes perversos fueron grandes favorecedores de su pueblo por esa consigna. Si interés pesonal coincidía con el interés de todos. La moraleja es clara, Elena no es de acá, no siente la ciudad. Lo que no se puede negar es que el rostro manso del médico lo favorece, muchos independientes lo votarán sin pensar en lo que hizo (no hizo mucho) ni en lo que pueda hacer sino en su mirada melancólica, su aspecto desprotegido y su aparente generosidad. Si de generosidad se trata, Víctor lo demuestra en los hechos, no hay una sola gigantografía donde no comparta con su compañera. La oferta electoral es "la pareja", no es uno solo, es una especie de Romeo y Julieta electoral. Tal vez la intención es sugerir que votando a uno se está votando al otro, apelando al romanticismo virtual del electorado. Y no está mal. Mucha gente ha comprado "el dúo", no es un solista es un dueto, hay que reconocer que hacen linda pareja y que la idea es efectiva, sería una crueldad que las urnas frustren esta historia.

Algunos locutores rentados le dan "aire" al puntero. Porque si hay un favorito en la interna justicialista ese es el "dotor". No hizo demasiado en los cuatro años que calentó la banca en el Concejo. Porqu Elena fue concejal, no sé si sabía. Pasó desapercibido, el hombre no tiene mucha furia. De hecho hasta se le reprochan unos cuantos "ausentes" en el edificio de la calle Lehmann. Elena, desde los afiches, con su hermosa compañera, parece decirnos: "No se fijen tanto en lo que hice, porque ahora sí que viene lo mejor, ahora van a ver como me ocupo de la revolución, los que tienen hambra van a comer, los que no tienen asfalto van a tener y los que no tienen casa renovarán la esperanza.

Sinceramente nadie cree que Elena haga más de lo que hizo. Es posible que el médico tenga buenas intenciones, pero no se le ve uñas de guitarrero. La política en la Argentina exige habilidades que Elena no tiene. Por eso abundan los abogados y no se sabe de cirujanos que hayan descollado. Las intenciones, los buenos deseos, la cara de bueno, la generosidad, todo hay que ponerlo por escrito y pelearla por escrito. Elena es un rostro. Tiene que entrenarse para dominar las herramientas que llevan a la realidad el voluntarismo. Y eso lleva tiempo. Mientras tanto calentará la silla. Hasta que se canse.