Me quedé un rato. Me interesó el tema de la falta justificada de la Presidenta Ana Rocha. La señora mandó una carta (que leyó la secretaria) donde decía que le era imposible concurrir a la sesión porque estaba enferma, se adjunta certificado.

Acto seguido, levanta la mano Ana Copes y dice que solicita, propone que le descuenten el día a su compañera/amiga/correligionaria  (que la miraba por TV) porque es justo que le descuenten como le descuentan a todos los empleados públicos, bla, bla, bla ...

Levanta la mano Martincito Carrizo y (con toda la intención) dice que ¨sí, que está bien, que está de acuerdo, que si su compañerita la manda en cana, la tira al ácido por algo será y que, entonces, él está de acuerdo...¨

La decisión de Carrizo fue más una manifestación de bronca ante tanta ¨huevada¨ que otra cosa. Pregunto ¿no hay límites para la pavada? ¿Hasta cuando la caudilla pedepete hará el ridículo papel de botonazo de cuarta? ¿Nadie le avisa que la gente ya se avivó, que este pueblo no come barro desde los ochenta?

Por supuesto el descuento propuesto por los mismos compañeros no corrió, porque resulta que hay cosas que van más allá de la tontería crónica de algunos. Lástima el ejemplo de ¨lavativa¨, falluto y pavotes que dan algunos representantes del pueblo.