Cuando el Estado Municipal ha decidido no hacer nada de lo que tiene que hacer que en resumen son tres cosas: "Limpiar, hacer pavimento y hacer viviendas", entonces se mete a hacer cualquier cosa. Inventa actividades. Hay que decir que los planes nacionales le vienen al ejecutivo Meiners como anillo al dedo para simular que no está como timbre de panteón. "Más y Mejor trabajo", por ejemplo, que tiene en Caussi un fogonero fiel, donde no hay que soltar un peso de rentas generales, es uno de los pretextos que tiene la señora para no hacer lo que tiene que hacer. El monumento que ya lleva cerca de dos años amasándose, en el cual se invirtieron dos millones de pesos, plata que mandaron desde la capital. Algunos actores y actrices del teatro Cervantes (casi siempre mal atendidos en nuestra ciudad) que hacen creer a la señora Robledo que está haciendo cultura. Por supuesto eso también sale gratis. Mientras tanto no hay atención de caminos rurales, no hay viviendas y la limpieza deja mucho que desear (La gente ya no se sienta en los bancos de la plaza por miedo a quedar pegados en los excrementos de paloma).

Las cosas que tiene que hacer Meiners no las hace. Por supuesto que se la ve a la señora pasearse delante de los fotógrafos cuando la Provincia de Santa Fe inaugura alguna calle pavimentada o alguna escuela. Es posible que la Intendenta tenga la esperanza de que los que miran se confundan y crean que la obra la hizo ella. Si es así (y todo hace pensar que es así, cuando se inauguró el pavimento de la Simón de Iriondo, Meiners se hizo aclamar por algunos vecinos con un cartel que decía "Gracias, Ana".), entonces la vergüenza se ha perdido definitivamente. Otro ejemplo es el proyecto de cámaras de seguridad que está llevando a cabo la Asociación Cooperadora del Personal Policial, un proyecto ambicioso y muy oneroso. Más de una vez se escuchó a funcionarios municipales adjudicarse la autoría conjunta del emprendimiento al que solo hicieron una mínima contribución.

No hacen lo que tienen que hacer. No hacen viviendas, Prometieron hacer 5.000 viviendas en tiempos de Albarracín y después se olvidaron. Para "decir" son buenos, para "hacer" no sirven. Hay gente para decir y gente para hacer, el gobierno municipal es para decir. Dicen y después se arrepienten. Le escapan al trabajo, se deprimen cuando tienen que hacer algo. Ahora deben estar sin dormir porque tienen que empezar con el ripio que prometieron. Demasiado pronto la gente se dio cuenta que eligió un gobierno que no sirve para trabajar. Y ahora que se fue el doctor Albarracín tampoco sirven para explicar por qué no trabajan. Demasiado pronto la gente se dio cuenta.