La Presidenta convocó (textualmente dijo: "Vamos a utilizar) a las fuerzas juveniles y militantes para colaborar en el control de precios de 500 productos. En principio no se sabe de qué productos se habla, tampoco el precio al que se tienen que ajustar los comerciantes. Así no va a ser tan sencillo ejercer el control. Además está el asunto de la cantidad y características de la mercadería. Recordemos que en nuestra ciudad se hicieron controles en varias oportunidades, todos fracazaron. En la década del 70 en Esperanza, los agentes municipales (recuerda Tito Burgi) salían a controlar, en esa época los productos llevaban marcado el precio en el envase. Tito Burgi dice: "El almacén de Simón que estaba en la calle Belgrano, tenía una botella de Gancia marcada a 0,20 centavos, cuando le preguntamos el precio actual nos dijo $15.-, (claro la botella que tenía en la estantería tenía más de |0 años), entonces le explicamos que lamentablemente debíamos hacerle un acta de infracción. Simón se molestó mucho y casi nos fuimos a las manos, pero el acta se la hicimos, sería interesante averiguar si Simón pagó la multa".

No solo el control de precios fue siempre un fracaso sino que esa tarea remite a situaciones curisosas, incómodas, violentas y más en estas localidades donde todos se conocen. ¿Quién hará el control de precios, entonces, ordenado por la Presidenta en nuestra ciudad?. Ya sabemos que existe "La Cámpora" esperancina, cuyo comandante sería Lorenzo Älvarez, aunque seguramente tendrá dificultades para convocar a las tropas de asalto a los supermercados. Especialmente a los supermercados de orígen asiático donde la comunicació se hace difícil.

Es posible que consulten para cumplir con la orden de la compañera Cristina, a militantes de experiencia. Uno de los compañeros activos, más veteranos que participó en varios controles de precios es Amir Schmuth (cascarudo), puede ser también convocado para la logística (¿Por qué no?) Héctor Húbeli y la misma Intendenta Meiners que, suponemos, estará al frente del operativo.

Los controles de precios se pueden intentar. Siempre fracasaron, pero habría que ver que pasa con estos nuevos militantes "K". De última, lo que puede suceder es que una vez finalizado el furor de los operativos quede el resentimiento y no te vendan ni una caja de fósforos en los negocios de la ciudad. No obstante aguardamos con curiosidad y sana expectativa la orden de largada. Los funcionarios locales, con llegada a la conducción nacional, tal vez, comprendan ahora, que la plata que viene del kirchnerismo no es, como dicen, "de arriba", ahora hay que pagar la factura poniendo la cara. Suerte.