AÑO 18

NUMERO 61629

Opinión

Año: 11

Número: 532

DOÑA MARÍA Y LA VAGANCIA RENTADA. .

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En el año 2007, después de la inundación cruel, De Pace tuvo que entregarle la sortija a Doña María. En esa época, la señora pensó que había fulminado a los radicales. Es el tramo en que trata “la construcción del poder personal”. Parece una broma pero Ana María, a partir de la fragilidad extraordinaria de su ignorancia, creyó que iba por la corona consagratoria. Con la placidez de contar con una sociedad agotada luego de décadas radicales, pero deseosa de creer en alguien nuevo. En algo. Justamente, El Abogado Albarracín (soldadura eléctrica) irrumpió con el mérito de ser un desconocido. Aunque la que lo eligió tenía la obligación de conocerlo.
Gabriel llegaba después desde Venado Tuerto, donde se había plantado contra el mismo Municipio que lo contrató tratando de cobrarle una fortuna de honorarios. “Trabajo sucio” lloraban los concejales de Venado y los gritos llegaron hasta nuestra ciudad como advertencia. Pero los peronistas, que venían desde el pozo del descenso, iniciaban el camino de la recuperación y todo valía.

Mientras tanto, no nos avivamos, de que comenzaba el desperdicio más cruel de un tiempo que, todos pensaron, se presentaba favorable. Cuesta admitir que Esperanza ingresaba en el territorio de la psicología. Con competencias y obstaculizaciones que remiten a alguna otra disciplina alternativa. La impotencia de la Intencenta, deprimida de tanto recular, hastiada por no encontrar alguien que haga las cosas por ella, echado Albarracín, con un elenco de incompetentes obedientes en la corte, no le queda otra, a la primera dama, que comenzar a inventar pretextos. Para eso lo tiene a Dos Santos. El oscuro personaje es el autor de todos los argumentos más o menos racionales con los que se le explica a la ciudadanía las razones por las cuales no se hace nada de nada. Incluso, este vocero de segunda línea, se especializa en argumentar la inacción como si fuera acción. Ficción pura. Humo. El cuento que necesita Meiners para seguir aguantando.

Los primeros años pasaron echándole la culpa a la mayoría radical en el Concejo. Mayoría conseguida en la primera derrota importante de la alcaldesa. "No hacemos porque no nos dejan hacer" decían, y la banda de cornetas se adhería pidiendo "diálogo entre la Intendenta y los Concejales", "dialoguemos" reclamaban los figurones, sin advertir que participaban como "idiotas útiles" a favor de los que estaban haciendo lo que tenían que hacer.

Los proyectos aprobados hoy abruman a los inactivos miembros del modelo "Doña María". Pavimento, Hábitat, Stoessel, Correo, iluminación, canales, viviendas abandonadas, servicios deficientes, no saben por donde empezar. La reina, la caudilla, se enferma, los cortesanos a cargo hacen todo mal, la plata necesaria para continuar haciendo fiaca se pierde, se demora, no ingresa. Dos Santos sigue con los pretextos "la provincia nos discrimina". El macaneo se desinfla y se va instalando la plaga de la incompetencia, la falta de conocimiento y, lo peor, el culto del atorrantismo. Llegan las elecciones y el pescado sin vender. Ya no alcanza Caussi y sus ventas de humo. Las conferencias de Gómez avergüenzan al propio Gómez. Blangini cambió pavimento por adoquines creyendo consagrarse y recogió la silbatina generalizada. ¿Por qué la gente no dice nada? Para el hombre de la calle es lo mismo que se hable de elefantes que de escupideras. La lucha cotidiana ha hecho que perdamos la facultad de dar significado a los acontecimientos. Nos da lo mismo que una señora hunda o no la ciudad en el abandono, nos da lo mismo, esta comunidad que antes se jactaba de su progreso está demostrando una falta de voluntad como nunca se ha conocido. Vemos impávidos como los sucesivos funcionarios despliegan ante nuestros ojos una notable habilidad para organizar nuestra destrucción. Y no movemos un dedo. Nos da lo mismo.
 
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