Son unos cuantos los peronistas que, por convicción o indiferencia, se “quedaron afuera” del gobierno de la señora Meiners, que supuestamente comparte la identidad.Son los que contemplan, con el optimismo de la medialuna enarbolada, la misma medialuna que no pudieron mojar durante cinco largos años en el café con leche del municipio. Apenas alguno que otro sobrino, cuñado o suegro (Recordatorio por Santa Cruz) de los viejos militantes ha podido acceder, con la cabeza gacha, a la limosna gris de un puestito de monotributista. Son los peronista que pertenecen metafóricamente a la nutrida agrupación “La ñata contra el vidrio”. Vienen de defraudarse, de manera grotesca, con la comedia de enredos y equivocaciones de Meiners y su nutrida corte de turistas.

La señora se dio el lujo de desarirar a más de uno que se creía con méritos para la Intendencia. Mirando por la banderola quedaron Carrizo, el "gestor del pueblo"; Zelko , El Artista libre asociado a todos; Piqui Andreoli, El Máximo Cuadro de Scioli, y el abogado Albarrcín, soldadura eléctrica.

El efecto de la flamante Banda de los turistas, con Gómez, Anza y Robledo a la cabeza, adquiere cierta magnitud. Sobre todo si se lo confronta con la penosa exhibición del peronismo local que más de una vez coquetea con la alcaldesa.

Un esquema degradado al servicio de La Sñora. Conducido, en la práctica, por los "técnicos" asegurados con categoría 19, chupamedias de la Intendenta y de cualquiera que en el futuro firme los cheques. 

Afuera quedaron los impotentes que culpan de las desgracias de la ciudad al peronismo y no hacen absolutamente nada.  Asisten a un penúltimo tormento circular el reemplazo de "este peronismo" que rifó ocho años por otro peronismo que quién sabe no será peor.