Chiste con bomberos voluntarios
Los bomberos voluntarios de Esperanza en sus inicios fueron comandados por su fundador un pintoresco y apasionado personaje de enormes bigotes de apellido Maestro. Cuentan que en una oportunidad en que se hacía una especie de simulacro en una vivienda, Maestro aprovechó para recordarle a un pibe nuevo que debía entrar a la vivienda siempre caminando pegado a la pared y tanteando en busca de puertas.
-¡Ni bien encuentre una puerta me avisa, entendió recluta! -le gritó reciamente Maestro al nuevo-
-¡Sí señor sí! -respondió el otro siguiendo con el teatro-
Momentos después el pibe al parecer encontró una puerta y con cierto orgullo gritó desde dentro envuelto en la humareda que era de ficción pero muy tupida.
-¡Puerta jefe, puerta encontrada!
Maestro salió como si le pusieran nafta de avión hacia adentro gritando y disfrutando de la ovación de los curiosos que presenciaban el ejercicio.
-¡Quieto, recluta, ya voy para el lugar, veamos si hay alguien adentro!
Entonces el gran jefe abrió la puerta mientras los de afuera le pasaban una gruesa manguera con la inminente intención de mandar un chorro de agua.
-¡Esperen! -se oyó gritar a Maestro desde adentro- ¡Esperen carajo! ¡No podemos entrar por acá!
-¿Por qué? - preguntaron lo de afuera-
- ¡Porque la puerta que encontró este idiota es la puerta de la heladera!