Cuando el edificio que agoniza en la esquina de Belgrano y Lehmann se derrumbe, los funcionarios, mientras se remueven las masas de escombros que caerán sobre la calle y golpearán contra las viviendas de los vecinos, dirán seguro que se trató de un "imprevisto". Como si se le hubiese avisado a Meiners y sus muy bien pagados funcionarios 20 minutos antes sobre la situación que amenaza desde hace años a unas pocas cuadras del municipio.

Es, sin duda, la verg[uenza del año. La demostración más concreta del "META HACER NADA" de la camarilla de funcionarios que ocupa los sillones de la municipalidad local. Lo que llena de asombro, cuando no de estupor, cómo un funcionario público de la categoría de los que se trata, pueda ignorar lo que pasa en la esquina de Belgrano y Lehmann, porque uno tiene derecho a pensar, entonces, que ignora por completo lo que pasa en la ciudad que le toca manejar. 

Los pretextos de Meiners y sus amigos serán seguramente que tienen otros expedientes que resolver. Por eso esperan a que se produzca la catástrofe para intervenir.  Los vecinos han hecho denuncias y nunca han recibido respuesta. Los funcionarios tienen mucho que hacer para pensar que un edificio se puede caer en la cabeza de un ciudadano que pase por la vereda. Hay otras prioridades.  Pensar que estos tipos están para trabajar para que nosotros vivamos mejor. ¡Estos tipos son los que nos tienen que cuidar! ¡Entonces, no, loco, por favor, paren que me bajo en la esquina!.  Ahora cuando vengan a pedir aumento a los contribuyentes deberíamos acordarnos de estas humillaciones y exigir que primero empiecen a dar ellos, por lo menos, el ejemplo, amén de que nosotros pongamos de nuestra parte, que por cierto siempre es bastante más de lo que ponen ellos.