Sin duda que si ante semejante caudal de agua la planta de tratamiento siguió funcionando a la perfección eso nos deja más que tranquilos. Por supuesto que existen quienes se ocupan de preocupar a la gente incluso cuando la conclusión debería ser al revés. A veces parece que algunos esperancinos que integran supuestas organizaciones ambientalistas quisieran que se produzca un desaste pero sobre todo que fracasen los trabajos que van en beneficio de la gente. ¿No quieren que haya una planta de tratamiento que funcione? En fin, Dios nos libre de estos agoreros. Mejor escuchemos a los que saben como por ejemplo el Ingeniero Hugo Corestein que por supuesto dijo que el funcionamiento de la planta es satifactorio y dadas las circunstancias excelente. Eso nos debe tranquilizar porque evidentemente tener una obra que resiste a la perfección semejante desastre es una gran cosa. Por lo menos en esto estamos seguros que los que la construyeron fueron previsores. Mejor así.