La señora Meiners a la vez Intendenta, pretende usar dos personalidades. Cuando la cosa se complica como Intendenta asume el papel de señora de su casa "que no tiene ni idea de lo que está pasando".  Solo adopta el rol de alcaldesa en los momentos festivos, inauguraciones, elección de reina o cuando están sacando fotos frente a las cosas que generalmente hacen otros.

Las acusaciones que hace el ofendido Albarracín (que debiera hacer ante la justicia) se toman como quien oye llover. Eso es lo que exasperó al abogado quién de manejar las reuniones de gabinete pasó a "rajado, ignorado y rebajado", en suma, de hombre fuerte de consulta obligada a "cadete" que tenía que esperar a que lo atiendan. El abogado tiene complejo de inferiodidad (como todo petiso) y si lo atacan en su ego, reacciona siempre tirando petardos bajo la mesa. Eso hizo.

La señora Meiners no tiene sostén (con perdón de la palabra), el partido justicialista no existe, es un fantasma, solo da señales de vida en la persona de su responsable que, de todas maneras, tiene que decir lo que le mandan decir los que le dieron trabajo a sus parientes. El partido peronista es un sello y un sello no sostiene a nadie. El lugar de Albarracín lo ocupa ahora Gómez, un muchacho serio que no tiene ni idea de la política. Albarracín, por lo menos, los peleaba a todos los de la oposición. Gómez es muy tímido, no habla, no tiene imaginación, si la señora se apoya en Gómez, está frita.

Los acompañantes de Meiners que conocen como es el asunto del peronismo están dudando entre quedarse o irse. A Blangini lo retine el ingreso mensual. Si encontrara otra cosa, el arquitecto hace rato que se hubiera ido.  Todo lo que ha vivido Blangini dentro del peronismo hace ridículo que se encolumne detrás de una señora que no sabe ni como se llama y que, para colmo, le mezquina los recursos y lo deja pedaleando en el aire cuando hay problemas con las pocas obras en las que se embarcó.

No hay esperanza que el plan de pavimento se haga. El monumento al bicentenario está sospechado de sobre facturación en la primera etapa lo que complica a la empresa que ganó la licitación. La plataforma se llevó la mitad de la plata. ¿Le dieron al municipio una factura inflada, trucha?  Tarde o temprano se sabrá. Los concejales investigan. Muchas complicaciones para un rejuntado sin jefe, sin plan, sin voluntad y sin plata.