AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 10

Número: 493

LA NOVELA MUNICIPAL: BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA DEL SECRETARIO GÓMEZ.

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Dos Santos, responsable de prensa y ceremonial del Municipio de la Suiza de las Pampas, a quién todos llaman con cariño "el petiso Dos Santos", se acomodó en el sillón mayor del palacio, usado solo, en ausencia de la alcaldesa Ana María de los Angeles del Cocco y, haciendo un chasquido con la lengua,  se dispuso a retomar sus memorias sobre vida y obra de los próceres del gabinete local, frente al único testigo, oyente e interlocutor válido, el periodista oficial: Alexis Bruno Bonete.

"Los Gómez,  en sus orígenes eran bailarines", dijo el petiso haciendo una mueca con el bigote. "Bailarines clásicos". Aclaremos que Dos Santos se refería a los ancestros de Alfonso Gómez, hoy, secretario de hacienda del equipo Meiners. "Un pariente de Gómez fue el bailarín más famoso que existió en esta comarca, siguió el petiso, el tipo trabajaba de mozo en una confitería del centro que se llamaba "Samuray" y era, según se sabe, coreógrafo, primer balilarín y maestro, era mozo porque de algo hay que vivir."

"Antiguos parroquianos lo recuerdan a Gómez atravesando el local en puntas de pie, cargando la bandeja como una ofrenda, cayendo de rodillas para agradecer la propina y saltando entre las mesas con los brazos en alto cuando alguien lo llamaba. Si había poco trabajo, elongaba con un pie en el suelo y el otro en el mostrador".

- Se llamaba Julio Argentino Gómez -dijo Dos Santos- "Jerry" Gómez.  En los asados de Sportivo del Norte supo mostrar su arte. Nunca faltaba un comedido que lo invitaba: "Báilese algo,  Gómez".

Eso sí, no había plata para vestuario, Gómez tenía que arreglarse con poco: un calzoncillo largo del abuelo y unas zapatillas de baile usadas. Se cuenta que era provocado muchas veces por los borrachos y que "Jerry", sin dejar de bailar sabía hacer señas de "pelar" el bufoso y agujerear a cualquiera que lo molestara. Tal vez por el bufoso, tal vez por su baile, la cosa es que Gómez era aclamado en todas partes. 

Los Gómez vienen de familia de bailarines. Han tenido que hacer diversidad de cosas para ganarse la vida pero la naturaleza es la naturaleza. Usted ve como es el Secretario de Hacienda, un muchacho prolijo, compuesto, afeitadito, bien peinado, bueno, está haciendo esfuerzos tremendos para no soltarse. La familia quiso que estudie de Tenedor de Libros, pero a él le gustaba el baile clásico. La misma Intendenta se sorprendió, no hace mucho, cuando Gómez le trajo el Presupuesto 2012 haciendo un paso del Lago de los cisnes. Cuentan los testigos que se arrastró de una punta a la otra del salón blanco con el expediente en la mano y que todos aplaudieron.

Una noche, en el Cabildo Abierto, el Presidente de la vecinal Norte, juró haberlo visto al secretario de hacienda hacer un trotecito corto en puntas de pie. Muchos de los concurrentes a aquella reunión pensaron que se trataba de una broma de Gómez.

"Bueno, dijo Dos Santos, es un honor tener gente de esa sensibilidad superlativa en el gabinete".  Después el petiso quedó pensando y agregó: "Con tal que no termine como su pariente, "Jerry" Gómez".  ¿Cómo terminó Jerry Gómez? preguntó enseguida el avispado periodista y locutor Alexis Bruno Bonete atento a los dichos del responsable de prensa y ceremonial del municipio.

"En la confitería "Samuray" un domingo con gran concurrencia de público, un gracioso, le pidió a Gomez que se baile el baile de la botella". Gómez no se negaba a ningún pedido. De una mesa le arrimaron una botella de sidra "Rama caída" y Jerry se copó con el protagónico de la opera "Madame Butterfly" girando en cuclillas alrededor de la botella. En éxtasis, sobre el pico amenazante, patinó en un canapé de mayonesa y morrón y se cayó hacia atrás"

- ¡Caramba! -exclamó Alexis Bruno haciendo la seña del dos de oro con la boca- ¿Y qué pasó después...?

- Entonces la botella hizo lo que tenía que hacer. Y no hubiese sido nada si no se hubiese produccido el clásico "vacío" ¿vio? -continuó tristemente Dos Santos- . Tuvieron que llamar a la ambulancia.

- ¿Como hicieron para sacar la botella de sidra?

- Hubo que llamar a un vidriero, un tal Leurino, que cortó la botella sin hacer astillas.

- ¿Quédaba sidra...? -preguntó curioso al extremo Alexis Bonete.

- La botella estaba casi llena.

- ¿Qué hicieron con la sidra que quedaba?

Dos Santos miró con nostalgia a traves de los ventanales, el cielo estaba gris, unos empleados municipales recogían hojas y ramas en la gran plaza San Martín, unos jubilados estaban ayudando a otro que se había patinado en un excremento de paloma, el petiso miró con cierta resignación al periodista Bonete y enseguida habló.

- Dicen los testigos que entre el médico de la ambulancia, un tal Mignaco, el enfermero, el chofer y el vidriero Leurino, se tomaron la sidra.
 
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