La llegada de Víctor Sarmiento nos anuncia algunas novedades en la importante institución empresaria que no son para desestimar. En principio, podemos asegurar que (por supuesto, según nuestra humilde opinión) no se trata de una renovación rutinaria de comisión directiva, como hemos visto en otros tiempos, ya que el perfil del nuevo presidente parece no ser tan común. La pasión que le puso a la conferencia de prensa, los anuncios que hizo, las modificaciones estatutarias que imponen a los miembreos de la directiva a resignar ambiciones políticas y el giro de una buena parte de la gestión empresaria hacia la atención de los más necesitados hacen pensar que estamos ante una etapa original en la vida del CICAE. Entre los nombres más conocidos que acompañan (y apoyan con ganas a Sarmiento) encontramos a María Elena Biassoni que calificó de "excelente" el acto y todo lo que se dijo. Los roces con quienes ocupan el Municipio son conocidos y cuando se le preguntó al flamante Presidente sobre cual iba a ser la conducta en ese sentido, éste dijo que el Centro es de las instituciones que permanecen en el tiempo y que los dirigentes empresariales como los funcionarios políticos son aves de paso (o por lo menos deberían tomar conciencia de ello), "pensar distinto -dijo- no tiene que ser un impedimento para que trabajemos cada uno a su manera para conseguir el bien común".  Es cierto, en definitiva eso es lo que da sentido a todo, tratar de tener un protagonismo social, en lo posible lejos de todo mezquino interés particular, con la verdad, con solidaridad y metiéndole pasión a las instituciones. Si eso pasa la ciudad se sentirá más que agradecida. Esta parece ser una oportunidad para intentarlo.