El obispo Fernando Bargalló, quien fue fotografiado abrazado a una mujer en una exclusiva playa de México, fue forzado a presentar su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Merlo-Moreno y la dimisión sería aceptada de inmediato por el papa Benedicto XVI.

Fuentes eclesiásticas confirmaron a DyN que el prelado entregó su renuncia al nuncio apostólico, Emil Tscherrig, para "evitar un escándalo mayor" tras la difusión de las imágenes televisivas de sus románticas vacaciones.

La decisión final sobre Bargalló, de 57 años, será tomada en "las próximas horas o en los primeros días de la semana próxima" por el Papa, el único que puede nombrar y remover obispos.

El caso del prelado, quien era además presidente de Cáritas Latinoamérica, fue analizado en detalle por la Congregación de los Obispos, tras recibir el informe del nuncio en Buenos Aires.

Tal como lo adelantó DyN el martes, la salida Bargalló puede ser encuadrada en lo que los expertos en derecho canónico definen como "conducta privada reñida con la función pastoral". Bargalló negó ese mismo martes que mantenía un romance con la mujer, a quien definió como "una amiga de la infancia", pero finalmente reconoció la relación.

La mujer que acompañaba al obispo es una empresaria gastronómica, identificada como María de las Victorias Martínez Bo, divorciada, de 55 años, y dueña de un restaurante en el barrio porteño de Belgrano. A raíz del escándalo mediático, Mariví, como era conocida, debió cerrar su cuenta de la red social Facebook, donde publicaba fotos grupales en las que aparecía Bargalló.

La Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor José María Arancedo, se mantuvo en silencio sobre el affaire del obispo, pero voceros eclesiásticos revelaron que la decisión era "alinearse a lo que diga la Nunciatura".

Pero los obispos correntinos Andrés Stanovnik, Hugo Santiago y Ricardo Faifer difundieron un comunicado al respecto, por considerar que las "fotos del obispo" con una mujer podrían provocar "el desconcierto de los fieles". Los tres prelados expresaron "dolor" por la actitud imprudente de su par episcopal y recordaron que "a la persona que le fue conferida alguna autoridad, debe saber que tanto su vida privada como pública, adquiere un carácter ejemplar y modélico y que, por consiguiente, su conducta influye para bien o para mal en la sociedad".

La difusión de las imágenes causó revuelo en ambientes eclesiásticos y políticos, sobre todo porque Bargalló, titular de Cáritas Argentina hasta noviembre pasado, chocó en más de una oportunidad con el gobierno nacional por las políticas sociales y la atención a los sectores más pobres. Incluso se especuló con que las fotos fueron filtradas por allegados al intendente de Merlo, Raúl Othacehé, con quien el obispo mantenía un fuerte enfrentamiento. Además de reabrir la polémica sobre el celibato sacerdotal, muchos se preguntaron quién pagó las costosas vacaciones del obispo en el exclusivo complejo Villa Puerto Angeles.